El regreso de los polka dots: por qué esta estampa está en todos lados otra vez
- Maria Rodriguez Vazquez
- 13 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 ago
En la última Copenhagen Fashion Week, un patrón se repitió tanto que fue imposible no notarlo: los lunares (polka dots). Tradicionalmente asociados a los años 50, el flamenco o looks de verano más naíf, esta temporada llegaron con un giro.
En vestidos, faldas, camisas y accesorios, esta estampa clásica volvió con fuerza, pero lejos de quedarse en su versión vintage. Ahora se reinterpreta con cortes contemporáneos y combinaciones inesperadas.
No es casualidad: los lunares son un recurso visual fácil de reconocer, versátil y con historia. Su regreso en 2025 responde a una búsqueda de prints con identidad clara que se adapten rápido a distintas audiencias y estilos.
El print clásico sigue vigente en pasarelas globales
Los lunares no solo dominaron el street style de Copenhague. También reaparecieron en pasarelas internacionales: Jacquemus apostó fuerte en su colección spring/summer 2025, Ganni los mezcló con siluetas deportivas y accesorios chunky, y casas como Valentino, Fendi, Carolina Herrera, Sandy Liang y Moschino los incluyeron en sus líneas recientes.
En el street style, el print también se vio en microformatos —medias, pañuelos, bolsos— como forma de sumarse a la tendencia sin comprometer el look completo.
El resultado: un patrón que deja de ser puramente romántico para convertirse en un statement visual.
¿Por qué ahora?
Dos factores explican el momento:
Ciclos de tendencia: los prints icónicos vuelven cada ciertos años, y los lunares no tenían tanta presencia desde el boom 2018–2019.
Potencia visual en redes: en un scroll rápido, destacan. Funcionan tanto en foto como en video y son fáciles de reconocer, aunque no mires todo el look.
Desde Faier: ¿qué aprendizaje deja esta tendencia?
Más allá de gustos, los lunares demuestran cómo un recurso gráfico simple puede ganar relevancia global cuando se activa desde varios frentes: pasarela, celebridades, street style y retail.
Un print con historia no necesita reinterpretaciones extremas para renovarse: basta con trabajarlo desde una lógica visual clara. La clave está en tomar lo familiar y activarlo con intencionalidad cultural y comunicacional.
María Rodríguez Vázquez
FAIER Digital Agency.
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