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Cómo la polo shirt volvió a ser tendencia (y por qué a las marcas les conviene)

  • Maria Rodriguez Vazquez
  • 6 ago
  • 2 Min. de lectura

La polo shirt está en todos lados. Famosos la usan, marcas de lujo la reinventan, y las fast fashion la replican en todos los colores. Pero no es solo moda: es un caso de producto que funciona. Porque es cómoda, reconocible, fácil de estilizar, y —cuando se activa bien— vende.

No es una remera cualquiera. Tiene historia, códigos propios y versatilidad. Y eso la convierte en una herramienta de marketing poderosa.



¿Por qué vuelve justo ahora?

Zendaya, Harry Styles, Kendall Jenner, Dua Lipa. En los últimos meses, todos usaron polo shirts con estilismos relajados pero cuidados. La prenda volvió como parte de una ola preppy renovada: más casual, menos escolar. No hay hype sin validación cultural, y eso claramente ya pasó.


El algoritmo también ayudó. TikTok explotó con hashtags como #poloshirtoutfit, #preppyaesthetic o #quietluxury. El formato funciona en redes porque es reconocible, tiene textura, cuello, estructura. Es simple, pero “dice algo”.



Las marcas lo entendieron

La clave no fue solo subir fotos: fue relanzarla con intención.


  • Aimé Leon Dore la convirtió en ícono cool: cortes sueltos, paleta vintage, materiales nobles.

  • Miu Miu la reversionó como uniforme: cropped, con minifalda y logo bordado.

  • Lacoste, que la inventó, aprovechó el comeback con campañas nostálgicas pero modernas.

  • Zara y COS sacaron versiones minimalistas con buen calce a precios accesibles.


Cada marca la usó para contar algo distinto. Pero todas entendieron que la polo shirt tiene base sólida, sin necesidad de reinventarla del todo.


¿Por qué funciona tan bien?

Porque es una prenda con códigos. Tiene algo de colegio, algo de deporte, algo de los 2000, algo de elegancia sin esfuerzo. Se puede usar oversize, con falda, con jeans, con pantalón de traje. Y sobre todo: se entiende. No hace falta explicarla. Eso, en marketing, es oro.



Desde Faier: lo simple también puede ser hype

Este caso lo confirma: no hace falta inventar algo nuevo para generar conversación. A veces, traer de vuelta algo clásico, con una estrategia visual clara y coherente, es lo que más conecta. La polo shirt se transformó en una pieza “de moda” otra vez no porque cambió, sino porque se activó desde lo cultural, no solo desde lo comercial.


Y ahí está el diferencial. Las marcas que entienden qué representa una prenda, más allá de cómo se ve, son las que logran sostener relevancia sin necesidad de gritarla.


María Rodríguez Vázquez

FAIER Digital Agency.


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