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Lo vintage volvió a definir el diseño de interiores

  • Maria Rodriguez Vazquez
  • hace 6 días
  • 2 Min. de lectura

En los últimos años, el diseño de interiores cambió de rumbo. La estética fría, minimalista y sin historia fue perdiendo lugar frente a un nuevo lenguaje visual: el de los objetos con pasado, las piezas de archivo y las reediciones de diseño clásico.


Las nuevas generaciones no buscan solo decorar: buscan darle sentido a los espacios, y el estilo vintage volvió a ser el vehículo perfecto para eso.


Lo vintage ya no es nostalgia: es conciencia estética

La Gen Z creció entre el consumo rápido y el diseño desechable. Pero, al mismo tiempo, desarrolló una mirada más crítica sobre el valor de lo auténtico. Hoy, los muebles de los 60, 70 y 80 —desde sillas de Verner Panton hasta sofás modulares de Pierre Paulin— vuelven a estar en el centro de la conversación, no como reliquias, sino como símbolos de durabilidad, historia y diseño real.



Marcas como Gubi reeditan piezas icónicas como la F300 y la T877, mientras que IKEA recupera modelos de archivo como la estantería Guide de Niels Gammelgaard, renombrada Byakorre. Y Verpan, también danesa, se dedica exclusivamente a reproducir y preservar el catálogo completo de Panton.



De los archivos al algoritmo

En redes, esta tendencia se amplifica. Cuentas como @spaceagegallery o @sameold.studio no solo venden muebles vintage: crean contenido que genera deseo por piezas originales. Los videos de restauración, los tours de casas y los interiores reales (no perfectos) son hoy el formato más viral en TikTok. La cultura de archivo se volvió contenido aspiracional. No por lujo, sino por autenticidad.


Según un informe de Barclays, la Generación Z valora el diseño vintage por su originalidad (31%) y su estilo inherente (30%). En un contexto saturado de copias y “dupes”, lo verdadero vuelve a tener peso.



La respuesta de las marcas

Las grandes casas de diseño están entendiendo que proteger su legado también es una estrategia. Fritz Hansen lanzó un servicio certificado de restauración, y Ligne Roset implementó pasaportes digitales para garantizar la autenticidad de sus diseños clásicos. Al mismo tiempo, nuevas generaciones de diseñadores están reimaginando materiales y procesos de fabricación para actualizar esos íconos sin perder su esencia.


Desde Faier: mirar atrás para diseñar hacia adelante

La tendencia vintage en interiores no es un capricho estético. Es una reacción cultural al exceso de lo nuevo. Las marcas están redescubriendo el poder del archivo: no como algo del pasado, sino como una herramienta de innovación, identidad y sostenibilidad. Y la lección es clara: cuando hay historia, hay valor. En un mercado donde todo se copia, lo original vuelve a ser revolucionario.


María Rodríguez Vázquez

FAIER Digital Agency.


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